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sábado, 25 de octubre de 2014

Distraídos por el Ébola, nadie ve venir la nueva crisis


Por. Basem Tajeldine
Voces Contra el Imperio

El trato mediático dado a la epidemia de Ébola por parte de las trasnacionales mediáticas ha despertado la desconfianza de muchos, quienes así como este escritor, venimos haciendo seguimiento a la crisis del imperialismo estadounidense.

La irrupción de la epidemia de Ébola hizo que el mundo entrara en pánico, y en especial los propios estadounidenses, quienes todavía no se acostumbran a vivir en un estado de permanente zozobra y miedo por las constantes campañas de terror que hábilmente han orquestado las clases dominantes de ese país para posicionar en sus mentes de aquel pueblo la falsa idea de que “EE.UU. está siendo amenazada por terroristas desde dentro y fuera del país que no aceptan el modo de vida americano” [1]. 

Los zorros políticos de la extrema estadounidense (republicanos y demócratas), han sacado provecho de esta nueva situación al tratar de relacionar, ahora, a la epidemia de Ébola con la amenaza terrorista islámica (Al-Qaeda y Estado Islámico ISIS), sumado al problema de los inmigrantes ilegales en EE.UU., las protestas contra la creciente xenofobia y racismo (contra los negros y latinos) y las críticas del movimiento Ocupa Walt Street.

El fin del universalismo o multiculturalismo estadounidense es hoy una realidad que se puede apreciar en la creciente marginalización de las minorías (negros y latinos) quienes son segregados en los barrios pobres como el Bronx y Harlem, y tras los hechos desencadenados por el asesinato del joven afroamericano Michael Brown y las protestas anti racistas que logró extenderse a otros estados de aquel país [2].  

La derecha estadounidense ha conseguido hacer que las minorías no-blanca (los negros y latinos) sean vistos por las mayoría blanca anglosajona como una especie de enfermedad y/o una amenaza contra sus vidas y "estilo de vida". De esta manera, el sistema estadounidense logra encubrir sus deficiencias profundas, mientras que el país regresa al oscurantismo de las épocas pasadas.

El colapso de la sociedad estadounidense viene gestando futuras situaciones impredecibles.

EE.UU., que hasta hace poco vociferaba ser “el país de los inmigrantes”, hoy radicaliza sus políticas anti-inmigrantes, al tiempo que la xenofobia inducida en muchas comunidades blancas estadounidenses viene provocando estragos contra los afroamericanos y extranjeros. 

Al tiempo que las grandes compañías del Complejo Militar Industrial y las grandes farmacéuticas procuran jugosas ganancias [3] por el extraño rebrote del virus del Ébola, el mundo y los estadounidenses en particular se encuentran muy distraídos como para percatarse que la real amenaza; la enfermedad más mortífera que se cierne contra su vida y su “estilo de vida” se encuentra precisamente en el sistema económico imperial.

La crisis estructural del capitalismo y su derivado en la especulación financiera, los salvatajes bancarios y gastos de guerra en la periferia capitalista, ha generado la peor crisis económica jamás vista desde la gran depresión mundial de 1929, que ha dejado sin empleos y vivienda a millones de estadounidenses y europeos, que ha recortado los salarios de quienes aún mantienen sus empleos; que ha recortado los beneficios  laborales de todos estos; que ha privatizado la salud y la educación; que ha destruido a la clase media estadounidense y europea, incitado a miles de ellos al suicidio.

Mientras que algunos países enfrentan con sensatez la epidemia enviando contingentes médicos y apoyando con recursos económicos –Cuba y Venezuela están dando un buen ejemplo- para combatir a la enfermedad en África y de ésta manera evitar que el virus siga propagándose en el mundo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha señalado que una nueva burbuja inmobiliaria y financiera amenaza con minar la estabilidad económica mundial [4].

Naturalmente, y gracias a las grandes cadenas noticiosas occidentales, el mundo está muy distraído como para percatarse de esto.

Fuente:
[1] Obama: mi trabajo es defender al pueblo
[2] disturbios tras el asesinato de Michael Brown
[3] Ébola dispara las acciones de las farmacéuticas
[4] FMI vuelve a sonar las alarmas

domingo, 19 de octubre de 2014

Del ingreso de Venezuela al Consejo de Seguridad de la ONU


Por. Basem Tajeldine
Voces Contra el Imperio

La contundente victoria de Venezuela en las arenas internacionales, por su elección como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), con el apoyo de 181 países (de los 193 que conforman la ONU), ha revelado las verdades que definen al nuevo mundo multipolar en que vivimos: un mundo marcado por el colapso de la hegemonía imperialista y por la decadencia económica, política y diplomática de EE.UU. y su aliado la UE, así como también, evidencia el surgimiento de nuevos bloques políticos-económicos de países tales como UNASUR, ALBA, MERCOSUR, BRICS, etc., los cuales son cada vez más independientes y capaces de confrontar y definir posiciones en los espacios internacionales.

Por otro lado, la victoria en la diplomacia internacional venezolana demuestra, una vez más que, pese al chantaje y a la brutal campaña mediática de descrédito orquestada por EE.UU. y sus lacayos, Venezuela cuenta con el reconocimiento irrebatible de la mayoría de los gobiernos del mundo. Además, que el presidente Nicolás Maduro ha sabido conservar la posición privilegiada de Venezuela en la política y el liderazgo mundial que sabiamente construyó el Comandante Chávez a lo largo de 14 años de batallar diplomático. 

El respaldo mayoritario a Venezuela provino especialmente de los países del sur. Como es sabido, la candidatura de Venezuela al CSNU no estaba siendo disputada por ningún otro país latinoamericano, lo que demostró también, el apoyo cabal a Venezuela de toda la región para su postulación y posterior victoria. Conjuntamente, África y la mayoría de los países de Asia y Oceanía votaron en bloque a favor de Venezuela.

Para aquellos que esperaban un resultado diferente, no les fue posible disimular la rabia y la frustración ante los contundentes resultados que dieron la victoria a Venezuela.

De nada sirvió que el senado estadounidense exigiera al Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, y al vicepresidente de ese país, John Baden, vetar o solicitar a todos los gobiernos del mundo que no respalden a Venezuela al CSNU [1].

Pero la más patética muestra de frustración y cinismo provino de  la propia embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power, quién  manifestó su  “lamentar por la victoria de Venezuela argumentando que no cumple los criterios como candidato al Consejo de Seguridad de contribuir al mantenimiento de la paz y seguridad internacional y a la promoción del respeto a los derechos humanos” [2].  

La mayoría de los países del mundo entienden que aquellos criterios esgrimidos contra Venezuela son precisamente los más incumplidos por EE.UU.; que las actuales guerras, el narcotráfico y el terrorismo que padecen los pueblos árabes, pero que también amenazan al mundo, son patrocinados por EE.UU. para servir a sus propósitos geopolíticos y que las mayores violaciones a los derechos humanos las comete EE.UU.

Por ello, las grandes cadenas privadas internacionales y los medios privados venezolanos han optado por silenciar, en lo posible, ese importante acontecimiento cuyas repercusiones políticas positivas ya comienzan a sentirse.

Ahora, Venezuela tendrá la oportunidad de hacer sentir con sus voz rebelde y valiente de la paz en ese peculiar espacio caracterizado por la poca democracia, donde el veto ejercido por uno de los cinco miembros permanente (EE.UU., Francia, Reino Unido, Rusia y China), puede  imponerse a la razón y a la voluntad de las mayorías expresadas no dentro del Consejo de Seguridad sino en la Asamblea General de la ONU. 

Sin embargo, Venezuela asumirá el reto de ser parte de ese organismo en un contexto internacional muy delicado, marcado por las guerras imperialistas de 4ta generación y la crisis estructural del sistema capitalista. Sin duda, Venezuela será la vos de América latina, de los países que conforman la UNASUR, de los países del la ALBA-TCP. Además, el país asumirá próximamente la presidencia del grupo de países no alineados (organización que representa a más de 120 Estados).

Venezuela será una vos que contendrá es sí cientos de voces que exigirán respeto, paz y libertad al imperialismo estadounidense.   
   
Fuente
[1] Solicitan a Kerry vetar a Venezuela
[2] Venezuela nuevo miembro del CSNU