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domingo, 19 de febrero de 2017

¿Por qué China debería seguir apoyando al gobierno del presidente Nicolas Maduro?


Por. Basem Tajeldine 

Días atrás tuve el desagrado de leer un pésimo artículo publicado por el tan criticado medio estadounidense The New York Times (NYT), escrito por Daniel Lansberg-Rodríguez bajo el título "La salida del dragón: por qué China debería abandonar a Maduro a su suerte"*. Para pena de los pensantes lectores de ese medio, quienes prefieren dejar de lado las pasiones y diferencias ideológicas en pro de la seriedad y produndidad de los análisis políticos, y para desgracia nuestra, quienes seguimos empeñados en buscar vida inteligente en la derecha venezolana y latinoamericana, éste escrito deja mucho que decir de un supuesto "ilustrado", "pensante" de la burguesía pro estadounidense, graduado en importantes universidades como Carleton, Chicago y Harvard, además, profesor adjunto de la Kellogg School of Management de Northwestern University, porque destila incomprensión de la realidad Latinoamericana y mundial, insana manipulación, rabia, intolerancia, amenazas contra los insumisos al imperio. No se equivoca el xenofobo presidente estadounidense Donald Trump cuando dice que "las cadenas CNN, BBC y NYT son parciales, deshonestos y enemigos del pueblo", solo agregaría que también lo son a sus tarifados e irresponsables columnistas.

Daniel Lansberg-Rodríguez inicia su escrito en el NYT con una banal manipulación de la realidad y la historia cuando dice "Pobre Venezuela, tan lejos de Dios y tan cerca de la República Popular de China". El "emérito" columnista quiso lucir originalidad y astucia al parafrasear una expresión atribuida al general y presidente mexicano Porfirio Díaz, pero que realmente perteneció al nacionalista abogado e historiador de ese país Nemesio Garcia Naranjo (1883-1962), quien en descarga contra el agresivo invasor estadounidense dijo "Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos". De entrada, Lansberg-Rodríguez pretendió manipular la historia y cobrar indulgencia con escapulario ajeno para desprestigiar al gigante dragón rojo y decirnos, en otras palabras, que China es la nueva maldición para la región porque vine a retomar el legado de agresión de Estados Unidos.

Todos los economistas y analistas serios, inteligentes, estudiosos están conscientes que al sistema capitalista mundial atraviesa por grandes dificultades imposibles de subsanar bajo las mismas armas del sistema. Economistas Premios Nobel como Angus Deaton (2015) quién dijo "que la crisis están creadas para beneficiar a los ricos"; Paul Krugman (2008) quien reconoció que "las acusaciones de "socialismo" no asustan tanto como la sensación de que el sistema (capitalista) está colapsando"; y Joseph Stiglitz (2001) quién a raíz de la crisis financiera desatada en 2008 admitió, también, "el fin del fundamentalismo de mercado", todos coinciden, de cierta forma, en que la crisis o colapso del sistema económico mundial capitalista ha profundizando las desigualdades sociales y provocado importantes en todos los órdenes: geopolíticos, ideológicos, sociales, hasta culturales en todas partes. Ningún país ha estado exento de ella, mucho menos un país monoproductor (petrolero) y dependiente, sin soberanía tecnológica ni alimentaria (importación de productos de primera necesidad) como lo es Venezuela. 

Cuatro años continuos de caída de los precios del petróleo y encarecimiento mundial de los productos importados, de guerra especulativa y su impacto directo sobre una estructura económica construida en base a una renta petrolera muy disminuida, con grandes subsidios en la economía nacional, terminó provocando en Venezuela lo que muchos no dudan en definir como: colapso económico. Sin lugar a dudas, el 2016 significó el año más caótico que tuvo que enfrentar el pueblo venezolano y el gobierno asediado del presidente Nicolás Maduro, que pese, también, al bloqueo financiero motivado por las calificadoras de riesgo, el Estado venezolano pudo honrar "de manera meticulosa", tal como lo reconoce Lansberg-Rodríguez en su escrito, todos los compromisos adquiridos con los bonos soberanos y de su estatal petrolera PDVSA. Venezuela hizo un enorme sacrificio en pagos de más de 10 mil millones de dólares a sus acreedores de bonos, buitres que pretendían demandar al país, pero también reduciendo, y en ocasiones sincerando, las importaciones cuyo irremediable impacto negativo sobre el marcado nacional se sintió con la escasez de varios productos esenciales para la dieta del venezolano y los medicamentos importados.

El columnista reconoce en el presidente Maduro una "voluntad, casi sobrehumana, para seguir pagándole a sus acreedores mucho después de que la mayoría de los países se habrían rendido",  con estas palabras evitó utilizar otras expresiones que pudieran comprometer su posición política contraria,  porque en lugar de hablar de "voluntad sobrehumana", pudo emplear "responsabilidad", "seriedad", "racionalidad", etc. Sin  embargo, también reconoce que pagar oportunamente los compromisos estuvo "basado en un cálculo" que pudo evitar mayores desastres en la economía nacional por las grandes demandas que el impago habría motivado, hasta un posible bloqueo internacional con consecuencias inimaginables.

Pero Lansberg-Rodríguez  lamenta que China se haya convertido en el soporte "benefactor oriental del chavismo" que hizo posible que Venezuela pudiera honrar sus compromisos, ignorando por completo el apoyo también recibido de otros países amigos. Es aquí cuando el autor pretende meterse en aguas más profundas para darnos un rápido y superficial análisis geopolítico que pueda explicar el interes de China por Venezuela. Nos cuenta el "ilustrado" Lansberg-Rodríguez que:

"El romance de China con el Chavismo comenzó bajo el gobierno de Hugo Chávez. En 2001, Venezuela fue el primer país hispanoamericano en consolidar una “alianza de desarrollo estratégico” con China, relación que fue ascendida a “alianza estratégica integral” en 2014. Desde entonces China le ha prestado a Venezuela unos 60 mil millones de dólares (deudas principalmente reembolsada con petróleo), y estableció una compleja operación de financiamiento que abarca más de 600 proyectos de inversión. A cambio, las empresas Chinas han recibido acceso preferencial al mercado venezolano, así como lucrativas concesiones de infraestructura y manufactura. El flujo de los bienes chinos a Venezuela ha crecido exponencialmente; de menos de 100 millones de dólares en 1999 a 5,7 mil millones de dólares en 2014, sin contar ciertas compras gubernamentales como satélites y cargamentos de armas".

Tampoco deja escapar lo que para muchos analista es lo más importante en las relaciones bilaterales. Lansberg-Rodríguez toca de forma muy somera  la relación de la afinidad política entre ambos países en los tema de soberanía nacional y la construcción de un orden mundial multipolar sin “intervencionismo imperialista” (-las comillas son de Lansberg-Rodríguez-), también la necesidad del gigante chino de garantizar con Venezuela su multiplicidad de abastecimiento de recursos energéticos (petróleo) necesario para el crecimiento de su economía y la natural búsqueda de nuevos mercados para la exportación de capitales y mercancías desde China que se dispone a través de las alianzas de Venezuela con el Caribe, centro y suramérica. 

El criticado columnista del medio NYT reconoce también que Venezuela ha desempeñado el papel de interlocutor, especialmente "frente beneficiarios pequeños de sus programas internacionales de subsidios petroleros en Centroamérica y el Caribe" (PetroCaribe), lo que permitió su posicionamiento en la región con programa de inversión y banca lo que según Lansberg-Rodríguez estaban "diseñadas para excluir a Estados Unidos". El articulista pretende hacer creer que todo se trata de un plan maestro de "conquista" para aislar a Estados Unidos de la región. China sería hoy una especie de demonio "malvado" que se apoya en una "dictadura caribeña" (Venezuela) para expulsar a los "buenos" Estados Unidos de su histórico "patio trasero". Y para mayor descaro, trae la cita de un periódico panameño que no menciona, pero que había titulado una de sus portadas con “Adiós Tío Sam… hola Tío Chang”. 

Es aquí cuando pierde completa cordura el catedrático autor para asomar su estúpida amenazas contra China,  manifestando que ante un posible colapso del gobierno de Maduro "Algunos líderes de la oposición resienten que China sea el principal patrocinador del régimen (...) Lo que está en juego es más que la deuda. Bajo un gobierno de oposición, China también corre el riesgo de que le nieguen acceso al mercado o de perder proyectos de infraestructura y desarrollo. Algo similar le ocurrió a China a principios de la década en Libia. Al no cortar su apoyo a Muamar Gadafi, el gobierno chino se vio vetado para invertir en la Libia post-Gadafi". Acto seguido lanza una amenaza contra los ciudadanos chinos recientes en Venezuela: "En Venezuela, un brote de saqueos en diciembre, que al parecer tenían como objetivo a los propietarios de negocios chinos en el interior del país,, evocó de manera espeluznante los últimos días de la era del dictador libio, cuando 35.000 ciudadanos chinos tuvieron que ser evacuados de ese país y se perdieron miles de millones de dólares en inversiones chinas. Al seguir apoyando al régimen Chavista de manera indefinida, China está repitiendo los mismos errores cometidos en Libia".

La rabia del autor se manifiesta en la miseria de su análisis que perdió completamente la seriedad y objetividad cuando pretendió intimidar a China siendo promontorio de un futuro de desgracia en Venezuela similar a la ocurrida Libia, provocada por la intervención de la OTAN que apoyó a grupos terroristas y bombardeó a las fuerzas del Estado libio, y cuyas consecuencias de caos, destruccion y muertes todavía las sigue padeciendo su pueblo. Una comparación de hechos nada inteligente para ahuyentar al dragón rojo de Venezuela  y de toda la región. 

China ha sabido jugar inteligentemente. Está consciente del liderazgo que juega Venezuela en la región, pese a los cambios ocurridos en Argentina y Brasil y a la caída de los precios del petróleo que hoy tienden a recuperarse. El gobierno del Comandante Chávez logró construir profundas relaciones de amistad y solidaridad con los pueblos del caribe, centro y suramérica que a pesar de haberse resentido en los ultimos 3 años con la caída de los precios del petróleo, el gobierno del presidente Maduro ha hecho importantes esfuerzos para mantenerlos y dinamizarlos en nuevas áreas. 

Venezuela ha estado presente en la región caribeña brindando su ayuda amiga y solidaria, allí dónde los capitales estadounidense sólo saben de rentabilidad en sus negocios o simplemente se han escabullido en el pasado buscando mejores mercados en otros continentes y mayores tasas de ganancia. China no intenta explusar a Estados Unidos de la región, sino que ésta última la ha venido abandonado a su propia suerte. La ausencia de los capitales estadounidenses, el abandono de la región fue cubierta, en parte, por Venezuela, y hoy con mucha mayor fuerza y posibilidades, por China. 

Los sabios estrategas chinos saben que Venezuela tiene muchas posibilidades de recuperarse, posee un pueblo joven, muchos recursos naturales y un mundo de fuerzas productivas por desarrollar; y que además de compartir varios aspectos y visiones políticas con China, posee un gobierno que está resuelto a resistir y se preocupa por honrar todos los compromisos internacionales. Por otro lado, entiende que el mercado de los precios del petróleo no seguirá a la baja por mucho tiempo, sino que tiende a recuperarse, lo que tendrían impacto positivo directo sobre la economía venezolana, y la geopolítica regional. El Estado venezolano tiene hoy como reto aprender de las duras lecciones de cuatro años de crisis generada por una economía rentista, y la guerra económica de los capitales parásitos venezolanos, para transformar definitivamente ese modelo. 

Si el gobierno venezolano logra atravesar las tormentas de dificultades económicas, y vencer en la guerra impuesta por la burguesía parásita del país, transformando la estructura económica rentista dependiente del país en una nueva economía productiva, tendría garantizado la estabilidad política y continuidad en el Estado por mucho tiempo. Pero en el supuesto que no lograse sobrevivir a los embates, tampoco un "posible" gobierno de la derecha podría sobrevivir por mucho tiempo a la crisis rentista sin el apoyo económico del dragón rojo. Lansberg-Rodríguez parece ignorar la realidad que Estados Unidos no tiene nada que ofrecer a la región, sino quitar. No tiene más interés en la región que sus recursos naturales, y la actual administración de Donald Trump prioriza en la política "America first", "in door" que promueve reconstruir su economía muy golpeada por la globalización, revisar o eliminar los Tratados de Libre Comercio (TLC) para hacer que vuelvan las industrias estadounidenses a su país de origen. Además, intenta ocultar la importancia de China, que tiene mucho que ofrecer a la región exportando capitales, que en los últimos años ha ejecutado grandes inversiones en obras civiles y productivas que van más allá de las meras inversiones en las áreas extractivas de recursos naturales en Venezuela y toda la región; inversiones que no dejan de asombrar a las autoridades y expertos de la CEPAL**.  

Los estrategas del gran país asiático se distinguen por la paciencia, confianza, profundidad y una visión más completa de la realidad geopolítica regional y mundial, de lo que carece Daniel Lansberg-Rodríguez, y nunca podrá entender. Pedirle a China que abandone a Venezuela a su suerte y salga de la región es como pedirle que se debilite, se aisle, se suicide y se abandone así misma a su suerte. Es realmente estúpido. La estrategia inteligente, la sensatez es la razón que explica el empeño del gobierno chino de apoyar la transformación económica de Venezuela y de la región. 



Fuentes:

* Artículo publicado por el NYT 
https://www.nytimes.com/es/2017/02/16/la-salida-del-dragon-por-que-china-deberia-abandonar-a-maduro-a-su-suerte/?smid=fb-espanol&smtyp=cur

** Inversiones Chinas en la región 
http://www.cepal.org/es/noticias/destacan-gran-potencial-inversiones-chinas-sector-infraestructura-america-latina-caribe

viernes, 10 de febrero de 2017

Odebrecht y la naturaleza del sistema capitalista


Por. Basem Tajeldine 

Desde que se toma conciencia de las intringulas del poder y la política, la historia de la lucha de clases, las ideologías y los intereses en disputas en el mundo, pierde la virginidad política y capacidad de asombro al descubrirse casos de corrupción como los Papers Panamá y el más reciente de Odebrecht. La podredumbre develada por esta última empresa brasileña ha suscitado todo un revuelo internacional, porque sus tentáculos alcanzaron a importantes personalidades políticas del continente, y cuyas primeras consecuencias legales ya se observan en Perú. 

Un juez de ese país acaba de dictaminar una orden de detención nacional e internacional contra el ex presidente derechista Alejandro Toledo por haber recibido un soborno de 20 millones US$ de la empresa Odebrecht. El escándalo de corrupción había sido destapado por los ejecutivos de la misma constructora que reconocieron ante las autoridades judiciales estadounidenses haber cometido actos de corrupción pagando de cerca de 788 millones US$ en sobornos para obtener contratos en más de 100 proyectos en 12 países, entre ellos Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, y Venezuela, además de Perú.

La política es el negocio más lucrativo para los representantes del sistema capitalista burgués. En Venezuela, los viejos partidos AD y COPEY, sus hijos de Primero Justicia,  Voluntad Popular, pero también los infiltrados de éstos en el partido de gobierno PSUV, se han dedicado al negocio de la política compitiendo por cargos en alcaldías, gobernaciones y ministerios para aprovecharse de las comisiones que ofrecen las empresas privadas nacionales e internacionales por los contratos licitados de obras civiles y/o para desviar fondos públicos directamente hacia sus bolsillos. ¿Quién no recuerda las "célebres" expresiones adeco-copeyana: "no me des, ponme donde hay", "dame el 10%", "adeco roba pero deja robar"?

Si la derecha promueve el capitalismo como sistema económico, político y cultural (el libre mercado, consumismo, el egoísmo y el derecho a la explotación del hombre por el hombre) y por ende, ésta se erige como fieles representantes políticos de las mismas empresas capitalistas dentro del Estado burgués, qué hay de extraño en pensar o creer que estas mismas deseen pagar a sus agentes "honorarios profesionales" por los contratos adquiridos de forma irregular, tal como lo hicieron con Toledo, Capriles Radonsky, la familia Allup, Santos, Uribe, entre otros. La corrupción es la naturaleza propia del sistema que promueve y defiende la derecha en todo el mundo. Razón tenía el Libertador Simón Bolívar cuando igualó a la corrupción con traición a la patria y dijo "talento sin probidad es un azote".

Mientras la derecha se ocupaba de resguardar su falta apariencia de "servidores públicos" frente al pueblo, creó un problema dentro de las mismas estructuras jurídicas del Estado que hoy se sirve en su contra. Este problema pretendió ser resuelto por la derecha en el poder en Rumania, a través de un proyecto de ley que despenalizaba la corrupción, pero una rebelión popular lo impidió. 

Los pueblos de la región deben tomar conciencia del digno ejemplo que nos ofrece el pueblo rumano que logró la destitución de su gobierno, sin embargo, allí no acaba todo. La izquierda revolucionaria latinoamericana tiene una nueva oportunidad para retomar las banderas de justicia social y de lucha contra la corrupción, denunciando la naturaleza del enemigo burgués, exigiendo prisión para todos los corruptos que pululan en nuestros Estados burgueses, pero también para hacer entender a nuestros pueblos que la verdadera y más efectiva lucha contra el oprobio de la corrupción sólo será posible bajo las baderas de un genuino proyecto socialista que se plantee la demolición del Estado burgués y del sistema económico capitalista que la reproduce.

lunes, 6 de febrero de 2017

Siempre es 4F en la Academia Militar de Venezuela


Por. Basem Tajeldine 
basemtch@gmail.com

La rebeldía revolucionaria que inspiró e impulsó a nuestro quijote, el Comandante Hugo Chávez, y a sus soldados, para tomar el cielo por asalto aquel 4 de febrero de 1992, es la misma que sigue presente en el alma de los soldados de la patria. Esto que escribo nadie me lo ha contado, pues tuve el privilegio de apreciarlo por mi mismo en la Academia Militar (la casa de los sueños azueles) gracias al honor que me hiciera su digno director, el G/B Félix Osorio Guzmán, al invitarme para compartir algunas reflexiones e ideas con los jóvenes militares en formación. 

Mi sorpresa durante el desarrollo de la ponencia fue el entusiasmo de la muchachada allí presente. Todos prestaban mucha atención a mis palabras y manejaban bien los complejos temas internacionales que tocaba en esa ocasión. Algunos tomando notas de los puntos más importantes que resaltaba, esperaban el espacio final de preguntas y respuestas para dispararlas sin miedo. Ávidos por descubrir cuál sería el comportamiento de la nueva administración imperial de Donald Trump,  disertaciones finales de los compatriotas soldados fueron precisas sobre ese punto. La conciencia Bolivariana antimperialista se manifestaba en cada palabra de aquellos jóvenes.

Todas las intervenciones fueron de altura. Estaban claros que cumplían con una parte importante del entrenamiento militar de todo revolucionario, porque se adiestraban en el uso de la mejor arma que posee y emplea la Revolución Bolivariana; la más poderosa, la más revolucionaria capaz de transformar al soldado en seres letales e irreductibles a la hora de enfrentar y derrotar a mil ejércitos invasores como dijo el prócer cubano José Martí: las armas de las ideas justas. No es lo mismo defender la patria con conciencia, que obedecer órdenes de forma ciega.

Fueron precisamente estas armas las que les permitieron vencer a los jóvenes rebeldes luego del 4F cuando se creía todo perdido porque "los objetivos militares que se habían trazado no pudieron ser alcanzados en la ciudad capital". Las ideas comenzaban a vencer al hierro. Muy en el fondo, el gigante Chávez sabía que habían vencido porque la verdadera batalla por el poder político apenas comenzaba. 

Aquella gesta heroica permitió que todos los venezolanos y el mundo conocieran quiénes eran y por qué luchaban los jóvenes rebeldes militares. Chávez y sus soldados eran corazones en fuego, querían ser reconocidos genuinos hijos del Libertador Simón Bolívar, de su maestro Simón Rodriguez y del general Zamora (el arbol de las 3 raíces), ya no estaban dispuestos seguir soportando la traición de la burguesía adeco-copeyana contra el pueblo. Como dignos Bolivarianos, los rebeldes querían servir a una causa justa con el 4F. Conocían la superioridad militar de quiénes ostentaban el poder, y sin importar la segura derrota militar, se alzaron porque sabían lo que hacían. Lo hacían por la justeza de sus ideas y la convicción de victoria que ellas entregan. Más tarde, el Comandante Chávez entendió que si una revolución es verdadera, la lucha por la independencia y el desarrollo de Venezuela debía partir por demoler las bases del sistema capitalista y construir el socialismo a lo venezolano. De todo esto eran conscientes aquellos eternos jóvenes, y lo son nuestros jóvenes soldados de la patria.

Lo que pude apreciar en la Academia Militar fue la misma rebeldía que nace en los corazones vivos y ardientes, en las personas que piensan; ellos se formaban porque quieren ser dignos hijos de Bolívar y Chávez para defender la patria, también saben por qué y contra qué se lucha. Las ideas revolucionarias inspiran y movilizan a nuestros jóvenes soldados de la patria hijos de Bolívar y Chávez que se encuentran formándose en la misma casa que vio crecer a nuestro Comandante Chávez.